Despidiendo el mes dedicado exclusivamente al Maestro Giuseppe Verdi e aquí una verdadera fuerza de la naturaleza.
Rigoletto siempre a sido y será la ópera que me introdujo, por vez primera, en toda la agonía de un personaje atormentado, realmente consumido por sus demonios y a pesar de todo esto, un ser puramente frágil y humano.
Siendo un drama poderoso, bajo la pluma de Piave y Verdi se vuelve un torrente de emociones, donde la fuerza dramática no te deja escapar, no tiene puntos débiles (¿qué ópera de Verdi los tiene?) y te mantiene al borde del sentir mas recóndito e intenso.
Como mencioné en el Ernani, la composición de Rigoletto es un estilo vanguardista al que Verdi evolucionaría inevitablemente, haciendo de la partitura un punto de partida hacia lecturas y formas de percibir la música que trascenderían para siempre, dejándonos ver y sentir (de una forma mucho mas real) las verdaderas pasiones del hombre. Un portento.
La grabación elegida es la registrada en 1960 y comandada por Gianandrea Gavazzeni, teniendo a un equipo de cantantes que brilla por su juventud.
El bufón de Ettore Bastianini (ciertamente uno de sus mejores roles) lo encuentro en buena forma, se entrega con energía y afecto, manteniendo un mesurado dramatismo.
Una jovencísima Scotto da vida a esta Gilda bastante infantil y cándida (no podía ser de otra forma) pero derrocha una brillantez de agudos que sorprende.
A la Cossotto le falta la madurez que vendría en años posteriores, al abordar sus Amneris, Ébolis o Ulricas, (contaba con veinticinco años) sin embargo le imprime a su Maddalena la creíble entonación y carácter por el cual Kraus sucumbe a sus pasiones.
Vinco pasa sin sorpresas, se le escucha bien y centrado; mas es el Duca del propio Kraus quien le da a la grabación un punto aún mas álgido, demostrándonos una auténtica y sublime maestría de canto y dominio de sus facultades, al hacer de su personaje un irresistible (y muy verosímil) villano.
Algo carente la fuerza que le imprime Gavazzeni a los conjuntos Florentinos, aunado a una toma de sonido la cual deja mucho que desear, pero compensada por la lucidez de las voces.
Rigoletto: Ettore Bastianini
Gilda: Renata Scotto
Il Duca: Alfredo Kraus
Maddalena: Fiorenza Cossotto
Sparafucile: Ivo Vinco
Borsa: Enzo Guagni
La Contessa di Ceprano: Clara Foti
Il Conte di Ceprano: Giuseppe Morresi
Marullo: Virgilio Carbonari
Il Conte di Monterone: Silvio Maionica
Gianandrea Gavazzeni; Orchestra e Coro del Maggio Musicale Fiorentino
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