Gli amanti dell'opera

Gli amanti dell'opera

jueves, 26 de diciembre de 2013

Parsifal (Estes, Hofmann, Meier, Sotin, Mazura, Salminen, Levine; Chor und Orchester der Bayreuther Festspiele)



Despido el año con Parsifal ópera increíble, sorprendente, de proporciones míticas; felíz año a todos!

Parsifal es para mi "algo" sagrado que te deja pensando ¿qué es lo que presencié? al escucharla y sobretodo, verla; la impresionante música que despliega cualquier batuta que la dirija, el hipnotismo que generan sus Leitmotivs, la "música de la transformación" el dolor y empatía con sus personajes, la mágica escena del Grial con las voces que vienen, literalmente, desde los cielos, el armonioso momento coral que nos muestran las muchachas flor, la "música del Viernes Santo" el doloroso arribo del féretro donde traen a Titurel y la escena final: inmaculada, donde al fin los sufrimientos de Amfortas (personaje que en lo personal hace sentir en mi mucho) tienen fin, para así, después de casi cuatro horas y media de la música más arrebatadora y acogedora que la pluma de Wagner pudo emanar, uno queda en hechizo total.
Alguna vez dije, refiriéndome a ésta música, como la más hermosa de siglo XIX, quizá me precipité en aquel entonces y soné muy temerario pero fue algo que me impactó desde la primera escucha por todos esos momentos anteriormente dichos.

Tuvieron que pasar 25 años para que Wagner la terminara por completo iniciándola o "pensándola" en aquel lejano 1857 y a 131 desde su estreno en Bayreuth la atmósfera sigue siendo la misma: Una belleza sobrenatural... única.
También es bien sabido por todos la ruptura que se dio entre Wagner y Nietzsche al éste verla representada y despreciarla desde el inicio por su amplio, evidente, sentido religioso y espiritual aunada a una bastante complicada psicología que tras años de escucharla y verla aún no comprendo del todo, vamos, con Wagner hay que ir de forma lenta, paso a paso, adentrarse en su música con los oídos, pero sobre todo, la mente muy abierta.

La Grabación:

Habiendo tantas grabaciones en "La Colina Sagrada" ésta es hasta cierto grado algo atractiva por algunos puntos a favor aunque otros no convencen muy bien, empezando por el elenco donde encontramos algunas variaciones que se inclinan hacia lo bueno y lo medianamente aceptable: el Parsifal de Peter Hofmann no lo encuentro en un estado con el cual nos diga la naturaleza pura de este complicado rol - el blog lo inaguré con la grabación de Karajan donde curiosamente Hofmann hacía a este "tonto inocente" en aquel (grabado cinco años antes) tampoco se le escuchaba a la "altura" aunque sí con una sinceridad bien plasmada oyéndose en éste de igual forma.
Siendo Amfortas un personaje sufrido hasta los huesos es complicado tener una voz que se acople y muestre sus vívidos sentimientos en todas sus formas: Simon Estes lo representa "bien" canta su monólogo con un tono "fuerte" sin esperar más dejando ver la angustia "normal" 
Siempre es un deleite escuchar la Kundry de Waltraud Meier llámese en vivo, en estudio o como sea, de bella voz, aquí muy joven (29 años) y se le oye en gran estado: dramática, bien expresiva, malvada y seductora, (sus gritos al encontrarse con Klingsor en el segundo acto son para la posteridad, en fin, toda la interpretación; la mejor Kundry de las últimas décadas)
Hans Sotin es un buen Gurnemanz, algo, digamos "seco" pero lo sientes pleno; es un grande este bajo alemán.
El malvado Klingsor de Franz Mazura (viejo conocido de Bayreuth) ya es un clásico de siempre.
Algo de gran atractivo es el Titurel de Matti Salminen (de los mejores cantados) enorme, de voz sepulcral.

Los Tempi de Levine son excesivamente lentos en esta obra ¡16:23 el preludio! - recordar su posterior grabación en estudio con Plácido Domingo como Parsifal que en lo personal no me termina de gustar del todo, la "interesante" Kundry de Jessye Norman y el gran Amfortas de James Morris que es a quien disfruto más de todo el registro - pero siendo este "en vivo" su mejor momento en comparación.
Escuchar Parsifal en (como la llamo yo) La tierra prometida -El Festival de Bayreuth - siempre es una experiencia de otro mundo, mágica, con esta orquesta maravillosa, los mejores coros, acústica para morirse... el ambiente perfecto para una obra que invita a encontrarnos con la espiritualidad más franca de nuestro interior.

Richard Wagner "Parsifal"

Amfortas: Simon Estes
Parsifal: Peter Hofmann
Kundry: Waltraud Meier
Gurnemanz: Hans Sotin
Klingsor: Franz Mazura
Titurel: Matti Salminen

James Levine; Chor und Orchester der Bayreuther Festspiele (1985)

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domingo, 8 de diciembre de 2013

Tristan und Isolde (Nilsson, Uhl, Resnik, Krause, Van Mill, Solti; Wiener Philharmoniker)



Cómo empezar a hablar de Tristan e Isolda, una ópera tan profunda pero a la vez tan hermosa que te deja en un estado de encantamiento total, así es.
Iniciemos con el argumento, sencillo, universal: Isolda (princesa Irlandesa) es llevada a Cornualles custodiada por el caballero Tristan para dar en matrimonio al anciano rey Marke, durante la travesía la princesa espera la visita de Tristan y al éste desdeñarle, a Isolda le invade una furia hacia él recordando aquella batalla que tuviera lugar en Irlanda donde Morold (del que Isolda estaba enamorada) es herido gravemente por Tristan, saliendo él igualmente herido y al no mostrar gratitud por curarle las heridas (en un principio Isolda pensaba matar a Tristan pero en vez de esto lo lleva a su palacio para curarlo) 
Tras estos recuerdos y la rabia que la apresa, Isolda pide a su doncella Brangania que prepare un veneno y así matar a Tristan para enseguida tomarlo ella misma y librarse de un matrimonio no deseado y al que ha sido forzada, pero la doncella ante tan macabros planes prepara un elixir de amor, que tras ambos beberlo ya se imaginarán las consecuencias del acto: una intensa y trágica historia de como ninguna otra, el amor por sobre todas las cosas.

Es también Tristan una de las creaciones más impresionantes del arte en general; con su música hasta entonces revolucionaria que rompía los cánones estéticos de la época (la música del futuro) y cuya partitura es dueña de algunas de las páginas orquestales más sublimes que se hayan escrito: su preludio, que te absorbe a medida que nos dejamos llevar por él; el apoteósico, majestuoso, divino, (y me quedaría corto de adjetivos) dúo de amor del segundo acto que queda a la posteridad como algo... insuperable; los lamentos de Tristan del último acto donde la música genera una sensación de empatía muy dolorosa.
Y la escena final (es imposible no nombrarla) el Liebestod o "muerte de amor" donde en un trágico tercer acto (Tristan muere tras las heridas causadas en el enfrentamiento que da fin al segundo acto) Isolda representa esta última escena, de las más bellas de la literatura operística, al narrar (de manera celestial) el intenso y gran amor que siente por su amado que cree se ha transfigurado para llamarla a una vida eterna más allá de todo, muriendo bellamente, dando así fin a la epopeya de amor más apasionante jamás escrita y una de las óperas, no sólo de Wagner, sino de todo el arte teatral, más hermosas que se conozcan. Una obra inabarcable.


La grabación:

Georg Solti grabaría el catálogo de óperas estándar Wagnerianas logrando tener entre sus filas a cantantes inmensos pero siempre con algunos que no logran adaptarse a esa ardua osadía de cantar Wagner y este, su Tristan, cuenta con este defecto en el tenor Austriaco Fritz Uhl cuyo canto no alcanza ni en belleza y expresividad, mostrando poco sentimiento que nos transmita el sentir de su caballero, dando un resultado carente de histrionismo que se evidencía, pasando sin pena ni gloria. Quizá no haya más qué decir.

Pero esto queda en segundo plano cuando tienes a esta Diosa Sueca llamada Birgit Nilsson grabando, en ¡1960! a Isolda, está de más decir cómo sale de la empresa al todos saber las capacidades de esta mujer, pero vamos, tengo que hacerlo.
Una voz fresca, joven (aunque contaba con 42 años) pero de igual manera escuchándosele totalmente en una brillante plenitud, apasionada como siempre, antológica (como siempre) lanzándose con esa fiereza y manteniendo la dulzura bien en lo alto.
Qué más puedo decir, la mejor Isolda por décadas siendo uno de sus personajes más emblemáticos (junto con su Brunhilda claro) hasta la llegada de una tal Waltraud Meier quien se adueñaría del rol a placer, pero eso... es otra historia.



                 

Buena la Brangäne de Resnik (quien cosechó grandes éxitos al lado de la Nilsson) llevando su personaje en sincronía con Isolda, buena dupla.
Solti como lo fue: energía ante todo, yendo de la mano con su fiel Wiener Philharmoniker y un sonido para la época bastante pulcro, pues ya sabemos que la DECCA y sus ingenieros de sonido nos brindan grabaciones espléndidas.

Recordar también que el próximo 25 de Diciembre se cumplen ocho años de la partida de esta "Diosa Sueca" quien nos legó registros legendarios y presentaciones de igual reconocimiento siendo su Isolde de lo más bello que hemos escuchado, y el recientemente fallecido Tom Krause.

Richard Wagner "Tristan und Isolde"

Tristan: Fritz Uhl
Isolde: Birgit Nilsson
Brangäne: Regina Resnik
Kurwenal: Tom Krause
König Marke: Arnold Van Mill
Melot: Ernst Kozub
Ein Hirt: Peter Klein 
Ein Seemann: Waldemar Kmentt
Ein Steuermann: Theodor Kirschbichler

Georg Solti; Wiener Philharmoniker, Chor der Wiener Staatsoper (1960)

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